miércoles, 4 de abril de 2012

Violusionismo


Mi amigo Luis Olmedo ha estrenado un espectáculo innovador donde se combinan magia y música, o mejor dicho, ilusionismo y música, para crear magia. Enhorabuena por vuestro trabajo y seguiréis cosechando éxitos y evolucionando con vuestro arte.
Aquí dejamos una reseña de Luis:

"En diciembre del pasado año, nos reuníamos Violeta Brums y yo para lo que sería un ensayo de "algo experimental". Una ligera idea de mezclar magia con música estaba ahí, pero realmente no sabíamos muy bien en qué quedaría todo aquello. Quién nos iba a decir que cuatro meses después podríamos estrenar un espectáculo con nombre propio: Violusionismo.

La idea de hacer magia con música en directo siempre está ahí. Siendo honestos, no hemos hecho nada nuevo realmente. No somos los primeros, ni seremos los últimos (aunque pensamos que no es algo que se vea habitualmente). Pero sí que quizá hayamos intentado con este espectáculo, explotar la parte musical durante todo el show, y hacer de esto un sello personal de lo que hemos pretendido sea un show artístico, entretenido y mágico.

Así pues, nos pusimos a ensayar durante estos cuatro meses, seleccionando temas para juegos específicos, creando los silencios oportunos, evaluando cómo influye la fuerza musical en las emociones mágicas de los efectos... y por supuesto, utilizándola como un arma para potenciar la fuerza de la experiencia mágica que pretendemos que viva el espectador.

Hemos pretendido tocar varios puntos claves, que estábamos de acuerdo debía tener una actuación de este estilo: partes en silencio del mago, partes en silencio del violín, solos de violín... así como compartir por ejemplo, parte de la "vida artística", en una demostración de "cómo ensaya un mago", intentando crear una cercanía con los asistentes.

Sobre el estreno en sí, decir que fue una maravilla. No porque nosotros seamos perfectos o lo hagamos muy bien (¡ya quisiéramos!). Fue una maravilla por las reacciones del público, porque nos sentimos como en casa, en un ambiente familiar desde el minuto uno. Aquello que habíamos pretendido, en mayor o menor medida, y con nuestras limitaciones, lo habíamos conseguido plasmar y transmitir, o eso pensamos. Y es que fueron dos partes de 30 minutos en las que nosotros, violinista y mago, disfrutamos como nunca haciendo lo que más nos gustaba: nuestra música, y nuestra magia.

Así que seguiremos trabajando, ensayando e intentando mejorar... porque realmente, cuando una idea se hace real, ves que merece la pena (y mucho), machacarla.

A todos los asistentes, os damos las gracias desde aquí.

Y a todos los que leéis esto, también.

¡Nos vemos en los bares!"

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